viernes, 27 de abril de 2012

Pastel o bizcocho de zanahoria (Carrot Cake)

El bizcocho de zanahoria está de moda. No hay más que darse una vuelta por los cafés más modernitos del centro de Madrid para ver unos cuantos modelos, todos similares, de esta clásica tarta de origen dudoso (se habla de Göteborg en Suecia, con un posterior éxito masivo en Estados Unidos en los años 60).
En cualquier caso, lo que sí se sabe es que el uso de la zanahoria en repostería viene ya de antigua, cuando los endulzantes como el azúcar eran un bien caro y restringido a las clases más pudientes. El dulzor de la zanahoria ayudaba a dar un sabor agradable sin necesidad de caros productos. Además, ya de paso, la cocción de la zanahoria dentro del bizcocho le aporta un espesor y humedad característicos. 

Pastel o bizcocho de zanahoria (Carrot Cake)

La verdad es que este bizcocho es delicioso, tanto más húmedo como más seco, con la clásica cobertura de queso crema que le da aspecto de tarta o a palo seco para el desayuno. Nosotros siempre hacemos esta última variante, más que nada por un tema de conservación ya que nos dura varios días (hasta una semana) y lo dejamos fuera de la nevera, con lo que una crema a base de queso no sería la mejor solución ;)

miércoles, 18 de abril de 2012

Galletas sencillas con canela (estilo napolitanas)

Galletas napolitanas caseras con canela

Hace muy poco que descubrimos el mundillo de hacer galletas. De hecho, sólo hemos hecho unas dulces (éstas) y unas saladas, o más bien neutras, como son las oatcakes de avena. Sin embargo, y pese a la poca experiencia, podemos asegurar que son estupendas: sencillas, rápidas de hacer, deliciosas y, sobre todo, con miles de variaciones posibles. Además, como siempre con las cosas caseras, te quitas un montón de ingredientes asquerositos y poco saludables que tienen las galletas comerciales. No es que las galletas caseras sean todas sanísimas y estupendísimas para la dieta, claro (depende de la galleta), pero al menos sabes lo que llevan y cuánto llevan, con lo que vas sobre seguro.

Estas galletas que hemos hecho hoy son bastante sencillas en sus ingredientes. Casi seguro que tenéis lo necesario en casa... La idea la hemos tomado prestada del alucinante blog de Soy Circe: Un Pedazo de Pan, que es una fuente inacabable de ideas y recetas panaderas y reposteras. ¡Una pasada!

lunes, 16 de abril de 2012

Crema de limón (Lemon curd)

Las cremas de frutas (especialmente limón, lima, naranja y frambuesa) son dulces tradicionales en Inglaterra desde el siglo XIX. Se solían servir a la hora del té para acompañar o rellenar tartaletas y scones, unos panecillos generalmente dulces que se sirven con el té. Estas cremas se caracterizan por un mayor contenido en fruta (zumo y ralladura) que los rellenos de pasteles, y por tanto por una mayor intensidad de sabor. Son una interesante alternativa a las mermeladas, una variación de textura y sabor para no aburrirse del mismo desayuno cada día.

Típicamente las cremas de frutas se conservaban poco tiempo y por tanto se elaboraban en cantidades pequeñas. Ahora, gracias a las refrigeración, podemos guardarlas algo más en la nevera, hasta unos 10 días.
Crema de limón con Pan de leche en molde, Lemon Curd y Simple Milk Loaf

En mi casa siempre se tomaba crema de limón de vez en cuando, generalmente hecha por alguna de mis tías que venían de Galicia. Utilizaban los limones que crecían en el limonero del patio, y eso les daba un sabor especialmente bueno, así como el más auténtico certificado ecológico posible: el saber de dónde viene el producto que comes.

martes, 3 de abril de 2012

Panes de trigo y espelta integral... ¡con tropezones!


Estos son los primeros panes que hago al 100% en casa después de pasar por el espectacular curso en La Cocina de Babette que ya os contamos hace unos días. Parece mentira que se produzca un cambio tan brusco en la calidad de mis panes gracias al curso, pero así es. No puedo negar la evidencia de las fotos. No es que los panes previos al curso estuvieran mal (bueno, alguno no salió muy bien) pero es que ahora salen genial... 
Pan ecológico de espelta y trigo con nueces, pasas y cebolla caramelizada

Será cosa de la confianza que he ganado en las técnicas que aplico, el saber cuando la masa está en su punto de amasado, cómo hacer un greñado (corte superficial que se hace en el pan antes de ir al horno y que define su aspecto final, su apertura en el horno) o la suma de todos esos aspectos, pero el caso es que el aspecto de mis panes ha mejorado sustancialmente.

Ya que estos panes eran para exhibir quería unos panes vistosos y especiales, de ahí el haber decidido rellenarlos a tope de dos ingredientes diferentes: cebolla caramelizada y desecada en uno y nueces y pasas en el otro. ¡Lujazo de panes!

Tenía además ganas de hacer pan con espelta integral, tan sabrosa y tan en boca de todo el mundo últimamente (hablamos de ella en esta otra entrada sobre bizcochos). La verdad es que para hacer pan es un cereal estupendo, ya que permite panificar con cualquier porcentaje de espelta en la masa final, desde el 1% al 100%, si bien las características del pan resultante no serán iguales. Su gluten es de buena calidad (porque por desgracia para los celíacos la espelta no es apta para ellos) aunque más delicado y menos fuerte que el del trigo, y por tanto requiere un amasado más delicado, algo más breve y más cariñoso. Pero a diferencia por ejemplo del centeno, la masa resultante tiene tensión y mantiene la forma, no es un barro blandito intratable :-) En este caso he utilizado un 60% de trigo y un 40% de espelta integral.

Oatcakes (galletas de avena)

Las galletas de avena, llamadas en inglés Oatcakes, de Oat = Avena, forman parte de la historia escocesa. La avena (Avena Sativa) es uno de los pocos cereales que crecen perfectamente en climas fríos y esto lo convirtió en el principal alimento del pueblo escocés hasta bien entrado el siglo XX. Originalmente se hacían sobre una plancha de hierro caliente sobre la misma estufa mientras la familia se reunía a charlar alrededor del único punto caliente de la casa.
Oatcakes, galletas de avena escocesas ecológicas

Se dice, por ejemplo en Wikipedia, que en el siglo XIV los soldados escoceses llevaban en su equipo una plancha metálica y un saquillo de avena molida gruesa. De esa manera, humedeciendo la avena (lo que no sería difícil en esas tierras ;-) y con poco trabajo se podían generar un alimento básico pero nutritivo.

Veremos que estas galletas son en extremo sencillas, pero deliciosas como acompañamiento de salados o dulces por igual, e incluso solas. Cuando pruebas una ya no quieres dejar de comerlas. Es la ventaja de su poco dulzor (casi nada, sólo el de la propia avena), que no cansa ni empalaga. Pero además la gran ventaja es la práctica ausencia de grasas (un pelín de aceite o mantequilla nada más) que convierte a estas galletas en el perfecto tentempié para media mañana. Menos chorradas comerciales para guardar la línea y más OATCAKES!

Tortilla de habas tiernas

Tortilla de habas tiernas ecológicas

Las habas son las semillas de la planta tipo que da nombre a la familia de las fabáceas. Es curioso, porque de todas las judías que circulan por ahí, probablemente las habas no sean ni las más conocidas, ni las más consumidas, ni las más queridas :-) Pero bueno, esto ya es cosa de gustos... Y precisamente en nuestro caso no lo son, o no lo eran hasta ahora, pero hay ciertas preparaciones que ayudan y mejoran el sabor de las habas, como esta tortilla. Si encima la receta es sencilla, rápida y sabrosa, no se puede pedir mucho más.

Típicamente las habas son uno de los platos que los niños no suelen querer comer. Tiene un sabor algo diferentes a las judías verdes o los guisantes, un poco más fuerte, que no gusta tan fácilmente. Sin embargo, bien preparadas, son muy ricas. 

El origen de las habas está en la cuenca mediterránea, pero actualmente los principales productores son Etiopía, Egipto, China y Australia. Sin embargo, lo ideal es consumirlas de producción local y ecológica, como en este caso. 

lunes, 2 de abril de 2012

Bizcocho de trigo y espelta integral, estilo mármol de chocolate

Nos gusta hacer nuestros propios bizcochos y bollería para el desayuno. Hace un tiempo comprábamos los típicos bollos y magdalenas del supermercado, pero poco a poco nos fuimos cansando de los mismos sabores anodinos y, sobre todo, de leer largas listas de ingredientes de dudosa calidad e incomprensible utilidad. ¿Por qué necesita conservantes un bollo si me lo voy a comer en, pongamos, 5 días? ¿por qué no son capaces de darle a una magdalena un color natural atractivo y necesitan colorantes? Nunca lo entenderé, aunque imagino que es parte del procesado industrial. Por supuesto lo peor es el uso indiscriminado de grasas parcialmente hidrogenadas (info en la revista Consumer) que en un proceso casero son absolutamente innecesarias.
Bizcocho mármol integral de espelta y trigo con chocolate

En este caso nos hemos decantado por un bizcocho con un poco de chocolate, tipo mármol. Leyendo por la red, dimos con una receta que nos pareció interesante en el blog Al Calor de un Bizcocho y sobre ella hicimos algunas modificaciones, como no podía ser de otra forma... ¡eso es lo divertido! Hemos cambiado la harina, hemos añadido el zumo de una naranja, menos mantequilla... ;-)

La principal novedad fue que cambiamos algo más de la mitad de la harina (de trigo en el original) por harina integral de espelta. Últimamente se habla bastante de la espelta, lo que es una buena noticia. La espelta es un tipo de trigo primitivo o antiguo (en concreto Triticum spelta) que pese a sus bondades ha estado cerca de la desaparición en muchas zonas debido a su menor productividad en comparación con el trigo común y sus menores posibilidades industriales (menor contenido en gluten, inferior fuerza). Sin embargo, con el relativo auge de la agricultura ecológica, la espelta ha tomado fuerza en los últimos años. Es una variedad de trigo muy resistente y bien adaptada a las condiciones de las zonas en las que se ha mantenido y por tanto muy adecuada para su cultivo sin uso de fertilizantes ni pesticidas químicos. Su sabor es sutil, diferente al del trigo y muy rico. Otorga a los panes una miga más prieta, más abizcochada, y pese a su menor fuerza es perfectamente panificable (se puede utilizar desde el 1% al 100% en una hogaza). Su precio es elevado para lo que la gente suele estar (mal) acostumbrada gracias a la mecanización y el petróleo, pero su calidad merece una prueba como poco.