Tener unas galletas para tomar de vez en cuando (o no tan de cuando en cuando ;) está genial. Con un café o un té van muy bien, y cuando tienes hambre de algo pero no sabes de que, casi siempre apetecen... Llevaba un tiempo buscando unas galletas que no fueran sólo de mantequilla (como ingrediente graso) y gracias Webosfritos he dado con unas que nos han encantado. Las de mantequilla están deliciosas, claro, pero si se puede meter un poco de aceite de oliva y reducir la grasa animal pues mejor. No es por nada más que sentirse mejor al comerse 3 o 4, pero eso ya lo justifica ;)
En este caso las galletas llevan ambas cosas, aceite de oliva virgen y mantequilla. Es muy complicado hacer unas galletas son nada de mantequilla, porque el aceite no logra amalgamar la masa de la misma manera y se deshacen las galletas. Se pueden lograr y quedarán más arenosas, pero con una parte de mantequilla se consigue que se puedan formar como galletas (la masa es una bola aunque un poco quebradiza) pero que tengan también aceite, con sus bondades y con su cambio en el sabor y la textura, que también es un extra. Estas galletas quedan entre crujientes y tiernas, por fuera están duritas pero por dentro conservan un punto arenoso que se deshace muy rico y agradable. Son diferentes, sobre todo. ¡Probad!
- Ingredientes
- 250 gramos de harina
- 60 gramos de azúcar
- 60 gramos de aceite de oliva
- 70 gramos de mantequilla blandita
- 10 gramos de agua
- Una pizca de sal
- 1 cucharadita de postre de levadura química
- Vainilla si te gusta
- 50 gramos de pepitas de chocolate, o trocitos cortados pequeños. Un puñado, vaya.
- 1 huevo batido para pincelar las galletas (siempre sobra, qué rollo)
- Preparación
No es complicado ni muy laborioso, la verdad. Empezamos por batir la mantequilla blandita con el azúcar, con una batidora de varillas es más fácil. Cuando esté mezclado, añadir el aceite de oliva, el poquito de agua, la sal y la vainilla si se pone. Batir junto.
Mezclar la harina con la levadura en un cuenco. Para añadirla está bien hacerlo con un colador para que caiga más fina y sin grumos. Vamos añadiéndola poco a poco y batiendo con las varillas. Cuando llevemos como la mitad estará algo denso y deberemos seguir a mano.
Metemos mano a la masa y vamos amasando suavemente y añadiendo más harina Puede que nos sobre un poco, debemos parar cuando la masase haga una bola y se despegue bien de los dedos y el bol, pero que no esté muy dura ni se empiece a desmigar por el exceso de harina.
Paramos en ese momento y hacemos una bola con la masa. Tenemos dos opciones de formar las galletas. La más fácil y rápida es hacer un cilindro con la masa, lo más perfecto posible, y meterlo en la nevera con esa forma a reposar 30 minutos. Una buena técnica es usar un cilindro de cartón de los del papel de cocina para darle forma a la masa. Lo cortamos a lo largo y rodeamos la masa (envuelta en film o plástico) con el cartón. Usándolo de molde sale un cilindro majete. A la nevera.
La otra manera es hacer una bola aplanada y meterla en la nevera así. Luego habrá que estirar la masa con rodillo hasta un grosor de medio centímetro (lo más uniforme posible) y cortar las galletas con cortapastas, o un vaso o un cuchillo a mordiscos si prefieres ;). Es más laborioso pero quedan más chulas si el cortapastas es de formas...
Nosotros hicimos el cilindro simple. Se saca la masa de la nevera (y del cartón), pasada la media hora, y se cortan las galletas con un cuchillo grande y afilado, de un solo tajo firme. Si se rompen un poco, se arreglan con la mano. No es preciso que sean circunferencias perfectas, el toque artesano tiene mucha gracia (y entre tu y yo, saben igual con forma de colibrí dle amazonas que de arte abstracto).
Se colocan sobre papel de horno en una bandeja y se pincelan con huevo batido sin pasarse. Se meten otros 10 minutos a la nevera (o más).
Se meten al horno, ya caliente a 180ºC arriba y abajo, y se tienen unos 12-15 minutos o algo más si les falta color. No queremos que se pasen y queden duras, así que si llevan 12 minutos y están muy blancas, se pueden subir para que el calor de arriba las dore un poco. Ojo que se queman en cuanto te das la vuelta.
¡A comer! (pero deja que se enfríen)
Mezclar la harina con la levadura en un cuenco. Para añadirla está bien hacerlo con un colador para que caiga más fina y sin grumos. Vamos añadiéndola poco a poco y batiendo con las varillas. Cuando llevemos como la mitad estará algo denso y deberemos seguir a mano.
Metemos mano a la masa y vamos amasando suavemente y añadiendo más harina Puede que nos sobre un poco, debemos parar cuando la masase haga una bola y se despegue bien de los dedos y el bol, pero que no esté muy dura ni se empiece a desmigar por el exceso de harina.
Paramos en ese momento y hacemos una bola con la masa. Tenemos dos opciones de formar las galletas. La más fácil y rápida es hacer un cilindro con la masa, lo más perfecto posible, y meterlo en la nevera con esa forma a reposar 30 minutos. Una buena técnica es usar un cilindro de cartón de los del papel de cocina para darle forma a la masa. Lo cortamos a lo largo y rodeamos la masa (envuelta en film o plástico) con el cartón. Usándolo de molde sale un cilindro majete. A la nevera.
La otra manera es hacer una bola aplanada y meterla en la nevera así. Luego habrá que estirar la masa con rodillo hasta un grosor de medio centímetro (lo más uniforme posible) y cortar las galletas con cortapastas, o un vaso o un cuchillo a mordiscos si prefieres ;). Es más laborioso pero quedan más chulas si el cortapastas es de formas...
Nosotros hicimos el cilindro simple. Se saca la masa de la nevera (y del cartón), pasada la media hora, y se cortan las galletas con un cuchillo grande y afilado, de un solo tajo firme. Si se rompen un poco, se arreglan con la mano. No es preciso que sean circunferencias perfectas, el toque artesano tiene mucha gracia (y entre tu y yo, saben igual con forma de colibrí dle amazonas que de arte abstracto).
Se colocan sobre papel de horno en una bandeja y se pincelan con huevo batido sin pasarse. Se meten otros 10 minutos a la nevera (o más).
Se meten al horno, ya caliente a 180ºC arriba y abajo, y se tienen unos 12-15 minutos o algo más si les falta color. No queremos que se pasen y queden duras, así que si llevan 12 minutos y están muy blancas, se pueden subir para que el calor de arriba las dore un poco. Ojo que se queman en cuanto te das la vuelta.
¡A comer! (pero deja que se enfríen)
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