Ya sabéis que nosotros no paramos de probar cosas nuevas,
nos encanta descubrir ingredientes e ir añadiendo recetas nuevas a nuestro
menú. Otra cosa es que luego tengamos tiempo o nos acordemos de poner nuestros descubrimientos
en el pobre blog…
Esta vez, a Nadir le había hablado una compañera del Obrador
de la soja texturizada, un ingrediente que los vegetarianos usan mucho en sus comidas, muchas veces
haciendo las veces de carne picada gracias a su textura y valor nutricional
(con un contenido muy alto en proteínas, similar a la carne). Pues bien, hemos
quedado bastante sorprendidos del buen resultado que ha dado y también ¡lo
económico que es! Cosa que ahora no viene nada mal…
- Ingredientes (para 4 personas, unas 8 albóndigas grandes):
- 150 gramos de soja texturizada fina (en herbolarios se vende, y probablemente en supermercados grandes)
- 1 cebolla.
- 2 dientes de ajo
- 2 huevos, aunque acepta perfectamente 3 para que sea más fácil formar las albódigas.
- Perejil picado abundante
- Una cucharada de pan rallado
- Especias al gusto. Nosotros usamos Garam Masala, pero una mezcla de especias con comino iría genial.
- Preparación:
Lo primero que tenemos que hacer es preparar la soja para poder usarla. La soja texturizada viene en paquetes deshidratada y por tanto tendremos que rehidratarla. Ponemos los 150 gramos de soja en un bol y remojamos con agua fría o templada entre 10 y 15 minutos, hasta que esté hinchada. Una
vez pasado este tiempo se escurre lo mejor que se pueda, y quedarán una especie
de bolitas muy similares a la carne picada.
A partir de aquí exactamente igual que unas albóndigas normales.
Se añade en el bol la cebolla picada, los ajos picados, el perejil, el pan
rallado, los huevos y las especias y removemos bien.
Una vez todo mezclado formamos con las manos bolas (a mi me costó
un poco porque creo que le faltaba huevo) y las enharinamos un poco.
¡Y ya está!! Listas para remojarse en el aceite y freír, a buena temperatura hasta que estén doradas y crujientes por fuera.
Nosotros las acompañamos con unos garbanzos con tomate, pero pueden usarse en guisos como las tradicionales albóndigas, claro. Hay que tener en cuenta que tienden a desmoronarse un poco más que unas albóndigas de carne, son más delicadas, pero así fritas están riquísimas, recuerdan u poco al falafel y se hacen bastante fácil.
¡¡Mmmmmhh, ÑAM!!
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